Santa Josefina Bakhita, fue secuestrada cuando aún era una niña, no fue capaz de recordar
nunca su propio nombre, fue hecha esclava y torturada durante muchos años. Le dieron el
nombre de Bakhita, que significa afortunada. Tenía un carácter determinado, llena de vida,
capaz de cuidar y proteger a quien tenía al lado, fue valiente. Su último dueño le compró
para darle la libertad. Se adaptó a un mundo nuevo y conoció a Aquel a quien sentía que le
cuidaba desde hace muchos años. Mirando el crucifijo experimenta una profunda liberación
interior porque se siente comprendida y amada, y por tanto, capaz de comprender y amar a
su vez…Ella dijo el Señor me ha amado tanto, hay que amar a todos. (Papa Francisco en la
Audiencia General del 11 de octubre 2023). También el Papa Benedicto XVI en la carta
encíclica Spe Salvi (2007) la pone como ejemplo de esperanza: “la esperanza que en ella
había nacido y la había «redimido» no podía guardársela para sí sola; esta esperanza debía
llegar a muchos, llegar a todos”. Y lo hizo hasta el final de su vida. Y ahora, desde el cielo
sigue ayudándonos y enseñándonos a amar y perdonar.
Estamos en el Jubileo de la Esperanza y pensamos que ella es un gran ejemplo de cómo
vivirla. Pensamos que ésta canción nos puede ayudar a profundizar y comprender la
esperanza cristiana, nos ayuda a rezar, a vivir en comunión con los santos y pedirles su
ayuda.
Te sumas a conocer más a esta gran santa de nuestro tiempo y a rezar junto a nosotros por
tantas personas que viven hoy en día en esclavitud y son víctimas de trata, malos tratos.
Recemos juntos y luchemos por terminar con esta grave injusticia.